Escribir un cuento: tips
1. Céntrate en la acción
Piensa y recrea una anécdota. El cuento no es solo una anécdota, ya
que cuenta una historia, pero la narración ha de estar más desarrollada que en la anécdota, y más condensada que en la
novela: centrarse en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para otras
disertaciones.
En el cuento no hay lugar para largas descripciones o
extensas divagaciones morales o psicológicas. Esto no quiere decir que el
cuento tenga que ser simple y carecer de estos elementos. Pueden estar, pero en
forma de subtexto, escondidas entre líneas o dichas directamente con las
palabras justas. ¡Es todo cuestión de espacio!
Hace tiempo leí una frase que se me quedó grabada: una
novela de ciencia ficción describe un mundo de ciencia ficción; un cuento de
ciencia ficción narra hechos de ciencia ficción. Sin embargo, ambos subgéneros
narrativos pueden hacernos reflexionar al leerlos.
2. No quieras abarcarlo todo
A veces pecamos de querer contar historias muy ambiciosas
que no tienen cabida en un relato corto. Recuerda que el cuento, por lo
general, debe ocurrir en un espacio de tiempo breve, tener pocos personajes
principales (2 o 3 como mucho) y una localización principal. Si no logras
adaptar tu historia a estas premisas, puede que estés ante una novela corta y
no de un cuento corto.
3. Busca una idea y simplifícala
Toda idea puede simplificarse siempre, sólo hay que darle
una vuelta. Por ejemplo, queremos contar la historia de un hombre que, tras
pasarse muchos años dedicado a su trabajo, logró alcanzar el éxito profesional.
Fue un tipo importante, ambicioso y que llegó a lo más alto, pero a costa de
arriesgar su vida personal. Con el tiempo, cometió una serie de errores y se
arruinó, dándose cuenta de lo que realmente era importante.
¿Se puede contar una historia así en apenas 750 palabras?
Sí, pero solo si la simplificamos. Para ello, busquemos el instante con mayor
fuerza, el momento de impacto de la historia, así sabremos dónde hay que
centrarse. Yo creo que el punto álgido lo encontramos cuando se da cuenta de
que se equivocó, por ello creo que deberíamos contar la historia cuando ya lo
ha perdido todo.
Por ejemplo, Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en
una esquina del centro de la ciudad, en una zona de oficinas cerca de donde él
trabajaba tiempo atrás. Los mismos ejecutivos entre los que él se incluía
antes, son ahora los que le ignoran y pasan por su esquina sin mirarle.
Otro ejemplo: utilizar como disparador de ideas y rastreo de anécdotas para usar como base, en este caso para"Buenos Aires fantástica", postales históricas de nuestra localidad:
Recuerda, cuando tengas tu idea, desarrolla y busca el
impacto, el instante.