El 24 de marzo de 1976, un grupo de militares argentinos se hicieron del poder en nuestra
nación de la manera más cruenta e ilícita que se recuerde. Tomaron el gobierno
de manera ilegítima y clausurando toda posibilidad de oposición política o de
libre expresión ideológica, montaron un aparato represivo rapaz, ocultado en un
escudo mediático y el temor colectivo de la población. De esta manera clausuraron
el Estado de Derecho, instaurando una dictadura que sumió a nuestro pueblo en
siete años de terror y violencia. El avasallamiento a los derechos humanos que
se llevó a cabo durante esa época dejó un saldo de treinta mil personas
desaparecidas, cientos de niños apropiados y despojados de su identidad, un
multimillonario e inédito endeudamiento externo; y a nuestros días, un país
entero saliendo de las consecuencias que dejaron la ignorancia, la desunión y
el desprecio por lo propio.
Hoy la memoria consciente de nuestro
pasado mantiene apartadas aquellas fuerzas irracionales y mezquinas que tomaron
el poder, porque el camino que elijamos para realizar nuestro destino no puede
ser nunca impuesto por la fuerza y proclamado desde afuera, sino que tiene que
ser el resultado de nuestras deliberaciones abiertas, en el marco de nuestras
leyes y a la luz de nuestras instituciones. De otro modo la vida en sociedad
carecería de todo sentido.
Como dice León Gieco en esta canción:
“Todo está escondido en la memoria
refugio de la vida y de la historia
la memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan y no la
dejan ser libre como el viento”
Acompañamos estas palabras, con la canción
No hay comentarios:
Publicar un comentario