Reseña del libro :
"¿Conoce usted a San Martín?" de Editorial Sudamericana
El reconocido cardiólogo René Favaloro escribió en 1984 un libro sobre la vida del Gral. San Martín, figura que admiraba profundamente.
Es una atractiva publicación en la que él médico resalta los valores del libertador.
En un nuevo aniversario del fallecimiento del Gral. San Martín, compartimos algunos fragmentos del libro de Favaloro:
"Preocupado desde siempre con todo lo que sucede en este, mi pobre y amado país, he creído que recordando la vida de San Martín podemos obtener algunas conclusiones que nos guíen en un momento muy especial, en el que todos buscamos desesperadamente –a través de un nuevo intento democrático- el camino seguro y firme que nos lleve a concretar, en justicia y libertad, una nueva sociedad que la evolución de la humanidad requiere.
El verdadero San Martín, con sus virtudes y defectos, nos puede ayudar. Veamos cuáles fueron sus principales mensajes:
Esfuerzo
Su vida fue, sin ninguna duda, la demostración más acabada de que todo, absolutamente todo aquello que queremos y pretendemos alcanzar y desarrollar, se consigue a través del esfuerzo.
En nuestro tiempo, y en especial al comienzo de la década del 60, el facilismo comienza a deteriorar a nuestra sociedad y, en particular, a la juventud de ese híbrido que conocemos como el mundo “occidental y cristiano”.
(…) Entendámonos bien, corresponde a los jóvenes, ahora y siempre, estar a la vanguardia de los movimientos que luchan por una sociedad más justa, pero el acto de vivir lleva implícito obligaciones, deberes y responsabilidades, además de derechos.
A este facilismo, acompañado de la evasión que se consigue todavía más rápidamente si le agregamos un poco de droga, la obscenidad y pornografía barata, como actos justificativos de una falsa liberación; San Martín le ofrece un camino mejor a través del esfuerzo honesto en aras de grandes ideales. En su caso en particular, estos son: la libertad y la independencia del absolutismo –representado por la España feudal de aquellos tiempos-, que le impone a América muchos sacrificios en tributos y en vidas humanas documentados en la carta de Jamaica, resumen del pensamiento de todos los que se unieron en esa tarea común.
Para San Martín el esfuerzo fue doble, no por la responsabilidad sino por el estado de su salud, en particular sus malestares gástricos que lo desangraron desde Tucumán hasta su regreso. Es preciso recordar que estuvo a punto de morir en Mendoza, donde encontró algo de reposo durmiendo sentado durante tres meses, que cruzó la cordillera por séptima vez en camilla a hombros de sus soldados y que, inclusive, no lo perdonan ni en el regreso, pues reaparecen en Santiago en casa de los O´Higgins. Claro que para el Libertador el sufrimiento era lo cotidiano, porque desde los trece años en Orán –donde tuvo su primera experiencia militar- el malestar físico fue su eterno acompañante.
Quede claro, entonces, que el primer mensaje es el esfuerzo que lleva implícito el sufrimiento y que tiene como premio el inmenso goce espiritual del deber cumplido.
Generosidad
Nos referiremos aquí solamente al aspecto civil, pues ya analizaremos el verdadero mensaje militar sanmartiniano. Desde que comenzó su actuación en tierra americana, es esa una característica definitoria de sus sentimientos para con la comunidad. Es ese el sentido que tiene el haber donado la mitad de su sueldo, al ser nombrado comandante de Granaderos a caballo, hecho que repite en Mendoza donde, finalmente, por no alcanzarle para vivir, pide sea reducido a un tercio. Tiene conciencia de las dificultades económicas por las que atraviesa el país y es por ello que se impone sacrificios. Su ejemplo es, a su vez, imitado por varios de sus subordinados.
La generosidad tiene como sustento su sentido de la solidaridad social, que se manifiesta también al ceder un tercio de los productos de la quinta Los Barriales: “obligados a hacer el bien de nuestros semejantes por la naturaleza y por la sociedad”, dice en nota al gobernador. Pero ese gesto lleva un destino determinado: “la dotación de una cátedra de matemática y geografía…” pues pretende que “la juventud forme las más fuertes columnas sostenedoras de la libertad y el decoro nacional…”
Cuatro años más tarde, desde el Perú, le escribe al cuidador de la chacra con los mismos sentimientos: auxilie usted a los pobres con granos y herramientas que pueda… Los Barriales tiene que ser el paraíso de Mendoza y el auxilio de todos los infelices…”
La misma determinación tomará con la finca donada por el gobierno de Chile “asignando la tercera parte de sus productos para el fomento del Hospital de Mujeres –en esa capital- y dotación de un vacunador que, recorriendo la provincia, la libre de los estragos de la viruela”.
Es también digno de recordar que, al otorgarle Chile –después de Chacabuco- un sueldo de seis mil pesos anuales, se resiste a recibirlo en dos oportunidades y lo comunica finalmente por escrito al comisario del Ejército para su estricto cumplimiento. Sabe muy bien que hay que utilizar hasta el último peso para la expedición a Lima."